martes, 25 de noviembre de 2014

Las Matriarcas

Para entender este texto hay que tener muy en claro lo siguiente: Las matriarcas del pueblo judío son una alusión al cuerpo o plano físico, mientras que los patriarcas a su vez, representan el alma o plano espiritual. Uno no se entiende sin el otro o viceversa y ambos representan una sola cosa. 


Matriarcas hijas de idolatras

- Sará (según Rashi, el Midrash y otras lecturas rabínicas) era hija de Harán, hermano de Abraham, un idolatra que fue quemado. 
- Rivká era hija de Betuel el arameo, un hombre idolatra y malvado según el Talmud.
- Rajel era hija del idolatra Labán hijo de Betuel. 
- Lea hermana mayor de Rajel también hija del idolatra Labán.
Secreto: El que todas y cada una de estas cuatro matriarcas hayan sido hijas de idolatras, representa y simboliza la naturaleza del cuerpo (matriarca) cuando es y está alejado de su alma (patriarca). La idolatría de las matriarcas representa a nuestro cuerpo o plano físico cuando lleva una vida apegada a la materia, las pasiones y vanidades carnales; cuando nuestros caminos están alejados de la espiritualidad y de la santidad de Di-s que es Uno. No es hasta que unimos nuestro cuerpo con nuestra alma que la bendición de Hashem llega y forma la unidad. 

Matriarcas son estériles
Bien es sabido que - a excepción de Lea - Sará, Rivká y Rajel eran estériles. Sará era estéril antes de dar a luz a Yitzjak, Rivká era estéril antes de dar a luz a Iakov y Rajel también fue estéril antes de traer al mundo a Iosef y Benjamín.
Nota: Lea no es estéril, ya que ella representa el plano superior, mientras que Rajel el plano inferior. Según el Zohar en Parashá Vayetzé, Lea simboliza los secretos del mundo celeste y la Torá, mientras que Rajel el velo y literalidad de esos secretos. Lea no podía ser estéril sino todo lo contrario, fructífera por naturaleza. 
Secreto: El cuerpo (matriarca) no es fructífero, prospero y bendecido hasta que se une con el alma (patriarca), es entonces cuando el milagro ocurre y la santa Shejiná mantiene su morada. Una vez ambos unidos, después de un largo tiempo (tiempo que ambos matriarcas y patriarcas tuvieron que esperar) a través de un gran esfuerzo y dedicación por medio del estudio de la Torá, la plegaria y una intensa exaltación del alma unida al cuerpo es cuando procrean, es decir crean. Cuando el alma unida al cuerpo, lo alto unido con lo bajo, la unión de los opuestos (que representa el símbolo del Judaísmo en el Maguen David) es llevada a cabo, es entonces cuando nos hacemos creadores. [Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza

Bajan a Egipto
Secreto: El bajar a Egipto simboliza el nacimiento del cuerpo en este plano físico, o nacer en la tierra. Egipto también simboliza lo más bajo del mundo, es decir, un mundo donde la materia y la mundanalidad imperan sobre el espíritu y la santidad. Por ello cuando Sará (el cuerpo) hubo de bajar a Egipto junto a Abraham (el alma) tuvo que cuidarse mucho. 

Hermana y mujer
[Y sucederá que cuando te vean los egipcios, dirán: 'Esta es su mujer'; y me matarán] Las fuerzas malignas e impuras de Egipto tratarán de seducir el alma, desviándola del camino, dando prioridad y gusto al cuerpo sobre sus deseos materiales y vanidades mundanas [pero a ti te dejarán vivir]

[Ahora pues, di que eres mi hermana para que yo halle bien por causa tuya, y viva mi alma por amor de ti] La hermana simboliza la santa Shejiná, es decir el cuerpo unido al alma en santa armonía. Cuando el cuerpo y el alma están unidos, los hombres de Egipto, es decir, las fuerzas impuras y malignas que imperan en el mundo, no pueden hacer nada en contra del alma.

jueves, 20 de noviembre de 2014

La quema del incienso

La quema del incienso o el Ketoret es uno de los actos de más elevada significancia espiritual que se llevaban a cabo en el templo a manos del Cohen Gadol. Pero, ¿cuáles son los significados profundos de esta santísima practica? 

La esencia más intima del Ketoret es el deseo más santo que un hombre pueda tener de unirse al Eterno, ¿por medio de qué? de un sacrificio o Korbán, que también puede leerse como Karob, que significa cercano o próximo, es decir, acercarse al creador. 

Este deseo tan intimo y profundo radica en el centro o corazón del hombre, es decir, en su Kodesh HaKodashim, su lugar más recóndito, sagrado y alejado de la materialidad y la mundanalidad. La quema del Ketoret es el acto de mayor pureza dentro del limite humano para alcanzar la unión perfecta con Di-s mismo.

¿Cómo puede encenderse entonces el Ketoret? El Ketoret sólo puede encenderse a partir de las cenizas que restan de nuestros sacrificios, es decir, las cenizas de nuestras cualidades animales, malas virtudes o defectos (que son lo que vamos a sacrificar). Una vez quemadas nuestras malas virtudes, con esas cenizas que restaron entonces podemos elevar ese humo o aroma grato a Hashem para entonces lograr la conexión perfecta. 

La quema del Ketoret esencialmente consiste en destruir nuestra impureza y a base de los restos de esa impureza ofrecer y exaltar todo lo bueno y puro que hay dentro de nosotros, es decir, quemar lo malo y elevar lo bueno. El Ketoret es una práctica de altísimo nivel espiritual y por ende de lo más santo que un justo puede hacer, que incluso con sólo pronunciar y/o recitarlo ya es bendito en todos los ámbitos de su vida. 

El principio de la sabiduría

El temor a Hashem no significa tener miedo. El temor a Hashem no significa estar cohibido, sentir pánico o terror. El temor por Hashem es sentirse maravillado por todo lo que él ha hecho y hace constantemente a cada instante. El temor por Hashem es sentirse perplejo y maravillado por lo grandes que son sus obras y por lo vasto e inmenso que es el universo. El temor por Hashem es mostrar el mayor asombro, pasmo y sorpresa al descubrir su infinidad y que sus bendiciones son eternas al igual que su unidad. El temor al Eterno es la mayor admiración y el más noble respeto que desde nuestra humilde condición limitada de humanos podemos mostrar. 

El principio de la sabiduría es el amor por Hashem. 

El comienzo de la sabiduría es la reverencia al Señor y el amor por el cielo. El corazón de los justos arde como llamas de fuego. El guardar y cumplir todas las Mitzvot otorga la más grande reverencia al Señor. Está escrito que el santo e inefable nombre fue creado a partir del amor (o Hesed puro pues su valor es 72).
Sefer Raziel Hamalaj 

"El temor del señor es el principio de la sabiduría y la ciencia de lo santo es inteligencia"
Proverbios 9:10

jueves, 13 de noviembre de 2014

Los cinco mayores enemigos de Israel

El Santo Zohar nos dice que existen cinco tipos de Erev Rav “multitud mezclada”: Nefilim, Gibborim, Anakim, Refaim y Amalekim. Estas cinco clases de seres, son espíritus dañinos al hombre y odian a muerte a Israel. Estos espíritus se alojan y manifiestan en las almas de los hombres para así traer la calamidad al mundo y a los hijos de Di-s.

Amalekim: Son violentos y crueles, su mayor objetivo es destruir a Israel, el odio, la venganza, la cólera y la ira son su mayor fuerte. De ellos está escrito: "La tierra está llena de violencia por culpa de ellos". ODIO

Nefilim: Literalmente "los caídos". Son aquellos quienes están esclavizados por el deseo, la lujuria y las búsquedas materiales y carnales. Se encargan de depravar al hombre y rebajarlo hasta lo más inmundo de su ser. DESEOS CARNALES

Gibborim: Son aquellos con hambre de poder y de fama, la ambición y el afán de sobresalir sobre los demás es su mayor objetivo, su ego está elevado hasta las más altas montañas. Ellos fueron quienes dijeron: "Vengan, construyamos una ciudad hagámonos de un nombre". Ellos construyen sinagogas y escuelas y las ponen no por el agrado de Di-s sino para su propio beneficio. EGO

Refaim: Los Refaim son los negligentes o faltos de espíritu. Sus corazones están vacíos de Torá y van perdidos por falsos caminos. Jamás se inclinan por un pobre, ni tampoco les importan los demás, sus almas carecen de misericordia y temor de Di-s. NECEDAD

Anakim: Ellos causaron la destrucción del templo y hacen que el mundo vuelva al estado de Tohu VaBohu, es decir al caos. YETZER HARÁ